Versos con valor

Venerado Radmusen:

qué mejor forma hay de pasar un fin de semana otoñal que junto al amable fuego de una chimenea, una copa de brandy generoso en la mano y la oportunidad de degustar literatura de alto nivel. Así me tomé yo la noche sabatina, en la que me llevé la sorpresa de que un alma noble ha vuelto a deposicionar unos versos en el espacio que yo dejo para que los amables comentaristas puedan satisfacer sus necesidades comunicativas.

Pero, ¡ay!, que me da que en este mundo traidor hay mucho cabroncete suelto, como el Anónimo que nos ha regalado esa pieza titulada "Los insurrectos". Cabroncete, digo, en su acepción de juguetón, travieso y malo, porque deja ahí un pedazo de poema, y compónganselas ustedes. Al igual que a miles de lectores, a mí me ha corroído la curiosidad de saber quién era el autor de semejante obra. Quién lo dejó en este blog es otra historia, sin mucha complicación de resolver; pero yo respeto escrupulosamente la voluntad anónima de ese benefactor.

Así que me puse en contacto con Milagros del Corral, Directora General de la Biblioteca Nacional de España, a quien conozco desde hace tiempo. Apenas le leí un par de versos del poema, y ya no hizo falta más para que me diese buena cuenta de él: autor, filiación, e incluso una valiosa opinión personal. Además, me envió por fax el texto íntegro, porque es un poema extenso. Los dieciocho versos que han puesto aquí son una buena muestra de cómo se desarrolla el resto, así que no me voy a molestar en copiarlo. Solamente apuntaré que me han dicho de buena fuente que el curso que viene este poema se incluirá en los libros de texto de Educación Infantil como ejemplo del recurso barato de apelar a referencias "generacionales" sin ton ni son, para pasmo de algún que otro pardillo.

Y en cuanto a la autoría, le seguiré el juego a quien nos ha donado estos versos, y no iré más adelante. Pero dejaré una pista, como hacía Mayra Gómez Kemp en el 1-2-3 (otra referencia que el poetarado se ha dejado, lamentablemente). Unos versos más adelante, el poema sigue con gallardía en los siguientes términos:


Nosotros: divinos Voladores o Domadores
onanistas de fotos de Jane Birkin
rayones de vinilos de Cohen
aprendices de idiomas,
aspirantes a Guinda, Forega o Vilas
 Uno echa en falta el conmovedor "y saludo a mi papá y a mi mamá". Pero la pista más clara se encuentra en el último verso, en el que el autor se confiesa aspirante a Guinda, Forega y Vilas. Desde luego, el autor ha demostrado en más de una ocasión su maestría aspirándosela a los tres antecitados. Y a muchos otros. Claro que, en su caso, le ha dado buenos resultados. Y es que hasta para ser chupapollas hay que valer.

Varios premios

Admirados Durand & Dupont:
aprovecho para poneros unas líneas a los dos a la vez, que hasta la tinta en Internet está cara. Me siento un poco ofendido por vuestras preguntas, por mucho que os escudéis en que sois de fuera, y que no comprendéis nuestras costumbres ni los derroteros que a veces toman los comentarios de esta bitácora.

Hace unas semanas os hubiera dicho que lo mejor era que no le hicieseis demasiado caso ni al blog ni a los comentarios, ni mucho menos a los comentaristas. Pero esto debe ir por modas, como los cortes de pelo, y hete aquí que de pronto todo esto se ha animado. En puridad, habría que precisar que quienes se han animado son los que pasan por aquí, muchos de los cuales, unas veces seguramente por modestia, otras por prudencia, preferían ver, oír y callar. Como los monos esos que venden en tiendas de chinos.

Esta fue una de las razones por las que en mi anterior entrada --aviso para ansiosos: nunca digan la última, por Dios--, quise proponer un inocente juego de diálogo con mis lectores. Como ha quedado claro, la mayoría de ellos ha demostrado no tener ni siquiera entendederas para entrar en el juego. Pero de estos ya hablaremos más adelante. Por ahora, procedo a darle el premio Avispado de la temporada a Quidam Lector con sus recomendaciones de que se use Google para disfrutar en toda su plenitud del texto que dejaba yo en mi anterior entrada. Y vaya la Mención Especial a las Capitanas del Cierzo, tan orgullosamente bolleras ellas.

Hablando de premios, también ha salido en los últimos comentarios el que le dieron a Forega por haber demostrado que ha leído a Valéry. Me alegro del Gallifante que le han otorgado, porque no me gusta que a la gente se le quede cara de tonto, y Forega es muy listo. Lo único que me preocupa es que a la Mari Trini del Moncayo se le vayan a gastar los premios. Pero no va a ser así, ¿verdad?




Y como me siento generoso, vaya un último premio de consolación al aguerrido fulano que me ha metido en una camisa de fuerza y me ha enviado al silencio, la nada. Su pulso narrativo ha sido impecable a lo largo de los días: primero anticipaba sutilmente el desenlace, clamando para que se me llevaran "los enfermeros [sic]". Luego hacía una simpática etopeya de este modesto servidor de ustedes, dejando briosas pinceladas que me equiparaban a "lenguas viperinas, frustrados, masocas y escoria social reprimida". Parece el cartel de un concierto de la Sala Arrebato. No esta mal. Ya esperaba yo con ansiedad --provinciana, claro-- el siguiente ictus del fogoso anónimo, que por fin pareció darse por vencido ya que no se le hacía el caso que merecía: el cierre en falso de su trilogía, más ambiciosa que la de Millenium, me ha hecho saltar las lágrimas. Bien es verdad que quien me conoce sabe que tengo la lágrima fácil.

Vaya, por ir concluyendo, una señal de reconocimiento a otro comentario, éste de aquí, que se ha ganado por lo visto las iras de Quidam Lector, si no he entendido mal lo que le contesta aquí. Bastante tiene el anónimo comentarista con escribir con un teclado defectuoso (porque sus defectos de escritura los atribuyo al teclado, y no a su cabeza, claro), y aún tiene los cojones de escupir en la cara de los otros anónimos por serlo, igual que lo es él. En fin, una estremecedora pieza de teatro del absurdo, lástima que sea irrepresentable. Yo le aconsejo a su autor titularla "Vínculo de verdad".

Por cierto, que grima se puede dar de muchas maneras.