Comentario de comentarios

Queridos alumnos:

decíamos ayer que me daba un merecido descanso para pasear por las calles inundadas de libros, y que hoy continuaría con mis soliloquios. Así hice, en un día de San Jorge de tiempo envidiable, aunque algunos hubo que no tuvieron oportunidad de disfrutarlo. Incluso me entretuve haciendo fotografías del escenario cultural, como la que pongo aquí mismo:


Grandes y pequeños en torno a los libros. Qué bonito todo, ¿no es cierto? Casi tanto como la diversidad que deparan estas cosas de los blogs. El ejemplo lo tengo bien cerca, y a él me refería en mi entrada anterior: los comentarios recibidos últimamente en esta humilde bitácora.

De verdad que no entiendo a la gente que censura a los comentadores, siempre que no lleguen a la descarada falta de respeto. Por el contrario, resulta muy divertido ver cómo hay gente absolutamente inepta en estas lides de las autopistas de la información, como es el caso de un tal 'Miguel', que se equivoca de medio a la hora de mandar un mensaje. Un mensaje que, además, dice nada menos:

Ya lo había visto, Ángel, lo mandó OGM por el Facebook. Terrorífico, sin duda (sobre todo el principio). Por cierto, ¿por qué no se lo has mandado a Vincent? ¿Ya no lo quieres?
Besos y abrazos:
Miguel

Mucho Facebook, pero me parece que has mandado el mensaje a donde no era, man. Espero que OGM avisara a Ángel de que Miguel es un zarpas, porque si no va dado. Pero ánimo, que la brecha tecnológica es cada vez más estrechita.

Luego están los fans incondicionales como Osiris, quien creo recordar que me prometió una cena un día de éstos. No voy a decir que sigo esperándola, pero sí que repetiré lo que en algún momento ya dije: aquí mucho regodearse, pero el personal sigue sin comentar y, lo que es peor, sin pinchar en los anuncios de Google. Hombre, un poco más de entrega, por favor.

Pero sin duda los comentarios que más me han descolocado últimamente han sido los de unas así autodenominadas Capitanas del Cierzo, que cual colegialas en busca de nuevas emociones me piden correspondencia sobre sus creaciones. ¿Y qué puedo decir yo ante semejante propuesta? Pues a nada que las señoras capitanas hayan estado un poquillo atentas, habrán ya visto que aquí cada cual es libre de dejar lo que le plazca (lo cual no es óbice para que si algún día se me hinchan las gónadas, me ponga a censurar a quien quiera). Eso sí, que me vean como un crítico no significa que lo sea, ni mucho menos que tenga ganas de serlo. Así que no prometo nada, mis capitanas, pero la ventanita de comentarios está abierta para cualquier cosa que quieran depositar. Igual tienen suerte y alguno de los numerosos visitantes anónimos --y silenciosos-- de este blog se digna a hacer un comentario; igual tienen algo menos, y el comentario lo hace Quidam Lector, de quien sospecho que le tienta la idea.

En todo caso, sería para descojonarse que comenzaran a aparecer por aquí comentaristas profesionales de los que proliferan por otros rincones de la aldea blogosférica local. ¿Por qué ponéis esa cara, mis niños? ¿No sabéis de quién os hablo? Pues mira qué bien, eso me dará pie a otra entrada, que escribiré en otro momento. Hasta ese momento, la clase ha terminado.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Sr. Don Dalton Bert,

De nuevo, las Capitanas del Cierzo asoman a su blog. Tuvimos, no sabemos si con fundamento o sin él, la sensación de que en el comentario anterior no le había hecho mucha gracia nuestra aparición y petición. Pero este último comentario nos anima: Quidam Lector, alguna otra persona o, como anhelamos, usted mismo, puede que tengan a bien decir algo sobre una pequeña cosa que aquí colgamos.
Es hora ya de que digamos algo más acerca de nosotras: las Capitanas del Cierzo somos Azucena Bizén Santpere y Encarna Nicolás Barranco, las más altas poetas y poetisas de Aragón y de todas las Españas. Pareja en el arte y en la vida, nos ha hecho una ilusión enorme que nos compare con colegialas, aunque nuestra edad no es la del tiempo. Por el momento, dejamos aquí tan sólo una de nuestras obras más queridas: el poema ZARAGOZASEXUAL. Esperamos vivamente que os emocione. Besos.

ZARAGOZASEXUAL

La del chándal de enfrente
menea la cabeza.
Son los porros.
La músca dice
que no está de moda practicar sexo.
A orillas de la Huerva
humedades padezco.
Es el cierzo.
Aquí había el océano
antes de este puto desierto.
Luego vinieron los romanos
e hicieron esta ciudad
ahora yo te hago este poema
y esta noche te haré el amor.
–Quítate las bragas.
Mientras fornifollamos
ella me pregunta por qué
Angelina Jolie nos pone a todas.
Será el maldito cierzo de este desierto.
La puta boira.
–Pues quítate esas gafas,
que no tienen cristal.
(Vamos a ver si nos entendemos:
de lo que se trata es de
que ella folla con gafas porque
es fetichista y le da morbo,
pero no lleva cristales. Al
final la otra se las roba,
no obstante).
–Voy a hacer pis.
O cambiamos un poco…
–No conozco tu nombre.
–Soy Zaragoza. Quítate las
gafas. Una amiga me dijo que
solía hacerlo con una chica
con gafas sin cristales. Quítate
las gafas, que no quiero probar
su saliva.
–Voy a mear.
–Don Ramón de Pignatelli
hizo el Canal Imperial de Aragón.
–Será el whisky, que es
diurético.

Anónimo dijo...

Vaya horicas de ponerse a escribir en un blog, Capitanas... Anda, que no hay cosas mejores que hacer a las tantas de la madrugada... Ya es afición lo suyo (de ustedes).

Por cierto, que ahora comprendo mejor lo que habían dejado dicho en otra entrada, aquello de que las "cubriese" el manto de no sé qué.

Y ánimo, que están en la línea correcta. Que el signo de los tiempos poéticos va por ahí. Si acaso, estos versos son todavía poco dirty, y tampoco veo mucho sexo (aunque hay por ahí alguna palabra muy bonica que encima es así como una referencia intertextual, si no me equivoco). De alusiones culturales vamos bien, que se vea que saben ustedes cosicas, y tampoco lo ponen muy difícil, para que el público lector no se sienta muy desconcertado, y pueda sentir la satisfacción de reconocer a qué se refieren ustedes.

Pues nada, Capitanas, a seguir bien. Tan bien, al menos, como en este apañado poema.

Y al Sr. Bert: pues mire, sí, me ha apetecido dejar unas palabricas. Por cierto, estando OGM por medio, no me extraña que los torpes revoloteen por esta su casa. Pues, salvo que me equivoque, las siglas son las de esa Oficina General de Memos recientemente creada por el Ministerio del Ramo, ¿no?

En fin. Nos vemos en Macdonalds, o en la zaragozana gusanera, como Dios disponga.

Quidam Lector

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Don Quidam Lector, nos alegra muchísimo que le haya gustado lo nuestro. Es una muestra incontestable de que usted, ¡por Dios!, no es ni torpe, ni memo. Le alabamos el gusto.

Azucena Bizén Santpere y Encarna Nicolás Barranco.
LAS CAPITANAS DEL CIERZO.

Anónimo dijo...

Bienregresado Mr.Bert, y no se nos demore usted tanto, que nos crece la ansiedad por leer sus jugosísimas crónicas.
Me dice usted "fan". Gracias, pero jamás he sido "fan" de nada ni de nadie, lo siento: soy tercamente independiente y eso me gusta, sí señor. No obstante me apetece mucho hacer un discreto seguimiento de sus "post".
Las capitanas son unas cachondas, inteligentísimas que han cogido la onda de la poesía (¿poesía?) que hacen actualmente ciertas mentes calenturientas y algún que otro greñudo metomentodo que se deja las uñas trepando.Pero el tiempo, Mr. Bert, suele dejar a cada cual en su sitio y no dudo de que a estas criaturitas de dios, las dejará en el fondo del pozo de la ignoracia a no tardar.
Bueno que es tarde y mañana trabajo. Encantado de su regreso y reciba mi más cordial saludo.
OSIRIS.

Anónimo dijo...

Buenas tardes, Sr. Osiris.

Permítame el escepticismo... Eso de que el tiempo pone a cada uno en su sitio, pues no sé yo qué decirle... Desde luego, el aserto es irrefutable, claro, claro, siempre llega algún momento (pasados dos meses, dos años o tres siglos) en que todo parece volver a lo que debería haber sido. O mejor: a lo que a cada uno de nosotros nos gustaría que hubiese sido.

Como ve, discrepo y no discrepo de lo que dice usted... A mí lo que me parece es que los tiempos de tonterías como las que hoy se etiquetan de poéticas nunca deberían llegar. Y que, una vez llegados, como parece ser el caso, cuanto más cortos mejor. Y para eso, mucha gente que se atreva a decir que el emperador está en bolas. Que muchas de las cosas que se escriben -y lo que es peor: ¡que se publican!- son muy pero que muy malas. En poesía y en otros géneros, claro. No digamos ya la crítica en los medios, que -salvo excepciones- ni es crítica ni na, sino una especie de ya te rasco, que tú me rascarás. ¿Que me ven un puntito pasado de rosca? No lo creo. Si acaso, acháquelo a que hoy estoy haciendo mal la digestión.

Saludos de

Quidam Lector

Anónimo dijo...

P. D.: Sin embargo, que exista un sitio como éste, o que en otras bitácoras vayan leyéndose alguna vez voces disconformes (sin contar con las que, seguro, no se dejan pasar a la sección de comentarios) hace que se pueda constatar que no todo el mundo está idiotizado. Aún. Que no se tragan las chorradas así como así. Y que tienen criterio, entre otras razones porque len. Algo que muchos de los sujetos jetos o memo.s que circulan por ahí no parecen hacer. Porque señores, señoras y señoritas: hay un mundo más allá de Bukowski, de Sylvia Plath, de Cheevers (y este tira que te va), de Carver (buen autor muy mal imitado, de Kerouac, de Cortázar, de Elena MEdel. Pero todo un mundo, so clones.

Quidam L.